Un anciano viticultor ha pasado a mejor vida. Cuando sus herederos se presentan en casa, el tema de la propiedad de las viñas está sobre la mesa. La joya de sus posesiones es una pequeña viña con uva de gran calidad que lleva tiempo desatendida; las parras de distintas variedades de uva han crecido sin ningún tipo de supervisión ni cuidado. El difunto propietario ha dejado escrito que su deseo es que el terreno recupere su esplendor. Para evitar dividirla, ha tomado una decisión: la viña será para quien mayor rendimiento obtenga de ella. La temporada de vendimia acaba de empezar y hay varias bodegas que han puesto precio a la uva que requieren.